lunes, 30 de enero de 2012

LA MARCHA DE LAS VOCALES AL RITMO DEL SON JAROCHO



Bernardo Daniel Rojas Flores

28 de enero del 2012

México es una entidad política que nació en el siglo XIX. Desde su conformación como Estado Federal, el nombre oficial del país es Estados Unidos Mexicanos, aunque la Constitución de 1824 usaba indistintamente las expresiones Nación Mexicana y Estados Unidos Mexicanos. La Constitución de 1857 hace oficial el uso del nombre República Mexicana, pero en el texto se emplea también la expresión Estados Unidos Mexicanos. La Constitución vigente, promulgada en 1917, establece que el nombre oficial del país es Estados Unidos Mexicanos. La unión de tales estados y la creación de la federación, lo que conlleva a obligaciones y derechos; por decirlo llanamente, todos juntos pero no revueltos.

Sin embargo hay obligaciones nacionales, que es importante mantener y fortalecer para el avance de nuestra nación, están directrices, son leyes puntuales, comprendidas y aceptadas que nos dan esta calificación de Republica.

Pero no son las leyes establecidas, respaldadas por un marco jurídico serio y formal sino las leyes de facto, las que perturban los causes nacionales. Como aquella que dice que la educación debe ser extremadamente pobre en calidad y en oferta ante la demanda de la sociedad. Para muestra un botón; en estudios realizados recientemente por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se evidencia la deficiente educación en México. Según el programa de para la Evaluación Internacional de Alumnos PISA (por sus siglas en ingles) Dos de cada cinco estudiantes mexicanos de 15 años (39%) se ubica en los niveles inferiores de desempeño (1a y 1b por debajo de 1), éstos jóvenes poseen competencias lectoras insuficientes para aprender y participar de forma eficaz y productiva en situaciones de la vida real. En tanto, 55% de los alumnos mexicanos se coloca en los niveles 2 y 3, lo que refleja que poseen competencias mínimas para comprender, emplear y reflexionar lo que leen y usarlo en situaciones reales. Sólo 6% de los jóvenes mexicanos de 15 años se ubican en los niveles más altos de desempeño en lectura. La conclusión es clara, 95% de los estudiantes tienen competencias insuficientes o mínimas.

Particularizando, en el estado de Veracruz según los datos arrojados por el Gobierno Federal a través la Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares (ENLACE) que realiza la Secretaria de Educación Pública, nos demuestra que los datos no son diferentes, el porcentaje de alumnos de nivel secundaria en el Estado que tienen un nivel de comprensión y conocimiento insuficiente o elemental en las ramas de Matemáticas, Español y Geografía es de 82.8%, 82.7% y 67 % respectivamente. Si este dato pudiera entrar en polémica por el argumento de que algunos planteles en zonas marginadas en derivación de su situación histórica bajan el promedio de los niveles de aprovechamiento, tendríamos que agregarle que en una muestra de 3117 instituciones a lo largo del Estado con una escala que va desde muy bajo a muy alto, en su grado de marginación, el 87% de las instituciones tienen en sus matriculas alumnos con niveles insuficientes o elementales de conocimiento en estas áreas. 8 de cada 10 alumnos están reprobados y 9 de cada 10 instituciones tienen estos alumnos, donde la calidad de la enseñanza que se ofrece, queda en entredicho.

Hace años, era ofensivo oír decir que quienes eran egresados de instituciones veracruzanas, al aplicar en para la obtención de trabajos en el centro o el norte del país, sus solicitudes eran desechadas de inmediato, ya que sabían al bajo nivel de preparación que les respaldaba.

Los programas vigentes para el mejoramiento de la educación, pareciera que condenan a las generaciones que comprenden niños y adolescentes de 4 a los 15 años de edad, que en este momento habitan Veracruz y que no estén en el 11% de las instituciones públicas o privadas que en la entidad, tienen una oferta educativa con grado óptimo según los estándares internacionales actuales y los índices nacionales deseados.

Beatriz Pont, analista de educación de la OCDE, manifestó que la mejor alternativa para que un país como México salga de la crisis es “invertir en educación y en el desarrollo de las capacidades de su población” para enfrentar de mejor manera los problemas de desempleo. “Se está generando un desempleo muy grande y éste toca a la gente con bajos niveles educativos y eso genera problemas y tensiones de cohesión social” que hay que tratar.

Se forma un círculo vicioso: si no hay educación no hay gente preparada, no hay conciencia política ni ciudadana, la población es más propensa a la delincuencia. Si a esto se le agrega las pocas oportunidades de empleo, existe migración y más delincuencia. ¿Cómo subsanar dichos problemas? Rousseau, Montesquieu y los ilustrados dirían que mediante la educación, de esta forma la sociedad avanzaría en su conjunto, sin olvidar apoyar a la cultura y tener fe en ésta. Aristóteles complementaría: “educación universal para democracia universal”. Y a la historia nacional tendríamos que referir: ¿Acaso no Lázaro Cárdenas creó el Instituto Politécnico Nacional para formar a técnicos que ayudaran a los problemas nacionales; como por ejemplo, el desarrollo de la industria petrolera?

Pitágoras dijo, “Eduquen a los niños y no será necesario castigar a los hombres”

martes, 24 de enero de 2012

ESFUERZO INUTIL

ESFUERZO INUTIL
B. Daniel Rojas Flores
Marzo 2009

                Pareciera que la trasformación social del país, es un laberinto más intrincado de lo que cualquier poderosa mente podría imaginar; entre más pasan los días, más escucho y más me angustio, al encontrar que el ciudadano común tiene la impresión general que en cuestión de desarrollo social, según lo que he escuchado, no hay nadie más sabio que uno mismo y nadie más estúpido que quien nos gobierna, esta fatal sentencia no solo es una expresión, es un ejemplo claro de nuestra cultura, de nuestra idiosincrasia, de nuestro pensamiento como multitud que ha tomado un rumbo y una forma que ha generado lo que yo he querido llamar un esfuerzo inútil, que es una percepción colectiva que poco a poco como acechando a nuestra fortaleza, nos está minando la fe, el deseo, la inteligencia. Que poco a poco nos quita responsabilidad y nos da las razones para culpar a otros de nuestro amargo destino como sociedad, de nuestro fracaso colectivo.
            En un país exacerbado con una cultura tan liberal como sumisa, que es tan secuestrada como secuestradora, tan invasora como invadida, se visualiza la misma imagen, la imagen de siempre, la doble moral histórica, la prostitución del pensamiento, la banalidad humana y la falta de esa tan alardeada cualidad casi genética que como mexicanos estamos obligados a tener, el valor.
            Todos los días se pueden encontrar a defensores de la civilidad mexicana que en todos sus discursos parecen casi legítimamente tener una postura sólida y clara de cómo establecer en la colectividad con parcialidad, una plataforma perfecta para defender en pro de la sociedad o de un beneficio superior al propio, una convivencia social ideal y justa. Con proyectos aparentemente muy definidos que podrían resolver la situación, creo yo confusa, que nos acontece.
En todos los ámbitos, en todas las áreas, en todos los rincones, en todas las expresiones, estos defensores que son auténticamente protagonistas antagónicos de nuestra historia, esos pocos que se dan a ellos mismos la investidura para resolvernos los problemas para guiarnos y para llevarnos por el camino del bien, son aquellos que junto a nuestra desidia atentan contra el único valor universal, la libertad de pensamiento, esa libertad que cada día se apaga más, esa que por falta de voluntad, por pereza mental la reprimimos y la dejamos en manos de otros para mejor introducirnos en la medianía de la supervivencia, sin retos, sin fronteras que cruzar, sin esfuerzo a realizar, sometidos en el miedo de hacer, para reconfortarnos en la seguridad del esperar y así poco a poco destrozar todo esfuerzo anterior, presente o futuro por generar independencia intelectual en quienes somos parte de esta sociedad. Cerrar los ojos a esta postura es nuestra mayor debilidad.
            Por ello creo es fundamental tratar de inculcar en nuestra sociedad este deseo de ser, este deseo que permite no solo circundar el cuerpo de la libertad y hacerlo propio y enfrascarse en ese gozo que la cultura y la vida te pueden brindar de forma infinita, sino además nos puede permitir llegar a ser referencia y tener ascendencia en los que están a nuestro lado. Este respeto por ser, significa doblegar y someter la ignorancia a la posibilidad de ser que abre el camino del sentido, que nos convierte en participantes activos, creadores, generadores y transformadores del gozo de la experiencia, de la vivencia, dado que si experimentas y vives sin ser y sin sentido, no eres parte de, sino instrumento o anécdota.
            Es un planteamiento es una tesis muy sencilla, liberar nuestro persona, dejarla llevar a donde queramos y de ahí, transcender, es decir pasar de la particular a lo colectivo y así revertir esta tendencia de que lo colectivo cada vez con mayor facilidad no solo menosprecia y destruye a la individualidad, sino que además la esta creando y definiendo acorde a sus necesidades para someterla a su voluntad, descarada, fría y voraz.
            A la sociedad la creamos nosotros, los individuos, sus reglas, sus leyes, sus compromisos, pero esto es únicamente  con la idea de vivir en una referencia establecida, regidora del respeto de las particularidades y no en el sometimiento de estas, así que terco y romántico partidario de la revolución de las pequeñas diferencias como me siento, desde mi lugar, pequeño e inmenso quiero tratar de salvaguardar entre los míos, los que están y en los que vienen, este respeto por ser, por caer y levantarse, por amar, por vivir y por morir siendo protagonista cada uno de su vida, sin ser instrumento o anécdota de nada y nadie más.
http://drf-reflexionesdelarealidad.blogspot.com/2012/01/oportunidad-historica.html

lunes, 23 de enero de 2012

OPORTUNIDAD HISTORICA



Bernardo Daniel Rojas Flores
 22 de enero del 2012


"Soy siervo de la nación porque ésta asume la más grande, legítima e inviolable de las soberanías."


Esta frase se le atribuye a José María Morelos y Pavón, quien de los luchadores de la independencia del país es al que se le reconoce mayor capacidad, astucia y firmeza; Se dice que Napoleón Bonaparte llegó a decir que con cinco generales como él, hubiera conquistado al mundo; en mi personal perspectiva creo que, independientemente de su habilidad como estratega y líder militar, entre otros , su gran aporte, es su genuino y reconocido sentido de justica, equidad y su sorprendente poder de transformación.

Esto le da un legítimo e inigualable sitio en la historia de nuestro país; estos personajes, ciertamente se encuentran en las coyunturas de muchos sucesos; sin embargo, es a base de su temperamento y decisión, que emprenden campañas que dejan el legado tras de sí.

El gobernador Javier Duarte de Ochoa; es un hombre joven, con una instrucción profesional importante, con una carrera política ascendente; con reconocimientos en distintos ámbitos. Llegó a ser gobernador; ya sea por un margen mucho menor del esperado y quizás sin la simpatía generalizada de quienes decían ser sus seguidores.

Esto no importa ya, queda al margen, más allá de todo esto, él es Gobernador Constitucional del Estado de Veracruz, y por lo mismo, poseedor de esta oportunidad histórica; de dejar un herencia social y política tras de sí.

De las cinco más recientes personas que han estado al frente del gobierno estatal en Veracruz; cuatro han tenido que ver, como es que retrocedió la participación económica de Veracruz en el Producto Interno Bruto de la economía nacional.

Si; es verdad que el importe en las participaciones de la entidad al PIB, de 1988 a la fecha se han multiplicado en unas 17 veces en su totalidad, es decir han tenido un crecimiento de aproximado de 1700%; Sin embargo, esto se vuelve una cifra engañosa, y tiene que ser analizada con mayor profundidad. Donde proponemos solo tres aspectos que dan una idea completamente diferente.

En primer lugar; la tendencia de la economía nacional, tiene más o menos ese rumbo; de hecho, esta ha crecido, según datos del INEGI; en números totales, más de 100 veces su valor nominal, lo que implicaría un avance desfasado de la economía Veracruzana, con respecto a la de la nación.

En segundo lugar; la participación en valores porcentuales de la economía del estado al PIB nacional era del 5.68% en 1988 y veinte años después, en el 2008 de tan solo 4.59%; reduciendo 1.09%; o lo que es lo mismo, todo el dinero equivalente a lo que producen por sí solas en todo un año, entidades como Aguascalientes, Durango, Morelos ó Yucatán. O la suma de las participaciones al PIB nacional, de Nayarit y Tlaxcala, que juntas con .59% y .54%, dan un total 1.13%.

Y por ultimo; ver las participaciones en rubros tan importantes, como en las actividades de agricultura y ganadería que de un 8.74% y en industria manufacturera de 5.28% de participación en el PIB a finales de la década de los noventas; en el censo del año 2010, se tienen niveles a la baja, quedando en 7.76% y 3.93% respectivamente.

El poder no tan solo se obtiene; se genera, se trabaja y se construye. Ojalá esta administración se aleje de las tentaciones propias del poder y se encamine a la transcendencia; No sobrarán los aduladores, los endulza oídos, los parásitos; carga histórica inherente a la toma de mando de tan importante encomienda, pero éstos, son sólo eso, buscadores, no constructores; Más vale el acercamiento a las reales necesidades de quienes habitamos esta tierra, el vínculo con las personas de arraigos en cada zona y el establecimiento de un verdadero concepto de prosperidad. Todo aquel proyecto que se acerque con los intereses personales solapados por todos aquellos que temen y glorifican por sistema, ponen en riesgo su legado y pudiera ser en algún sentido, su futuro histórico.

La ventaja principal de este mandatario, es su juventud, terminará su período con tan solo 43 años, en plenitud física, económica e intelectual, y dependiendo de sus actos, podrá ser también una plenitud social y política.

Un año, ya se fue; pero aún queda tiempo suficiente para construir espacios generosos en la historia de nuestro Estado; solo los años nos darán una respuesta, acerca de qué postura tomó el gobernador en turno, sobre la clase de persona que decidió ser para Veracruz.