martes, 24 de enero de 2012

ESFUERZO INUTIL

ESFUERZO INUTIL
B. Daniel Rojas Flores
Marzo 2009

                Pareciera que la trasformación social del país, es un laberinto más intrincado de lo que cualquier poderosa mente podría imaginar; entre más pasan los días, más escucho y más me angustio, al encontrar que el ciudadano común tiene la impresión general que en cuestión de desarrollo social, según lo que he escuchado, no hay nadie más sabio que uno mismo y nadie más estúpido que quien nos gobierna, esta fatal sentencia no solo es una expresión, es un ejemplo claro de nuestra cultura, de nuestra idiosincrasia, de nuestro pensamiento como multitud que ha tomado un rumbo y una forma que ha generado lo que yo he querido llamar un esfuerzo inútil, que es una percepción colectiva que poco a poco como acechando a nuestra fortaleza, nos está minando la fe, el deseo, la inteligencia. Que poco a poco nos quita responsabilidad y nos da las razones para culpar a otros de nuestro amargo destino como sociedad, de nuestro fracaso colectivo.
            En un país exacerbado con una cultura tan liberal como sumisa, que es tan secuestrada como secuestradora, tan invasora como invadida, se visualiza la misma imagen, la imagen de siempre, la doble moral histórica, la prostitución del pensamiento, la banalidad humana y la falta de esa tan alardeada cualidad casi genética que como mexicanos estamos obligados a tener, el valor.
            Todos los días se pueden encontrar a defensores de la civilidad mexicana que en todos sus discursos parecen casi legítimamente tener una postura sólida y clara de cómo establecer en la colectividad con parcialidad, una plataforma perfecta para defender en pro de la sociedad o de un beneficio superior al propio, una convivencia social ideal y justa. Con proyectos aparentemente muy definidos que podrían resolver la situación, creo yo confusa, que nos acontece.
En todos los ámbitos, en todas las áreas, en todos los rincones, en todas las expresiones, estos defensores que son auténticamente protagonistas antagónicos de nuestra historia, esos pocos que se dan a ellos mismos la investidura para resolvernos los problemas para guiarnos y para llevarnos por el camino del bien, son aquellos que junto a nuestra desidia atentan contra el único valor universal, la libertad de pensamiento, esa libertad que cada día se apaga más, esa que por falta de voluntad, por pereza mental la reprimimos y la dejamos en manos de otros para mejor introducirnos en la medianía de la supervivencia, sin retos, sin fronteras que cruzar, sin esfuerzo a realizar, sometidos en el miedo de hacer, para reconfortarnos en la seguridad del esperar y así poco a poco destrozar todo esfuerzo anterior, presente o futuro por generar independencia intelectual en quienes somos parte de esta sociedad. Cerrar los ojos a esta postura es nuestra mayor debilidad.
            Por ello creo es fundamental tratar de inculcar en nuestra sociedad este deseo de ser, este deseo que permite no solo circundar el cuerpo de la libertad y hacerlo propio y enfrascarse en ese gozo que la cultura y la vida te pueden brindar de forma infinita, sino además nos puede permitir llegar a ser referencia y tener ascendencia en los que están a nuestro lado. Este respeto por ser, significa doblegar y someter la ignorancia a la posibilidad de ser que abre el camino del sentido, que nos convierte en participantes activos, creadores, generadores y transformadores del gozo de la experiencia, de la vivencia, dado que si experimentas y vives sin ser y sin sentido, no eres parte de, sino instrumento o anécdota.
            Es un planteamiento es una tesis muy sencilla, liberar nuestro persona, dejarla llevar a donde queramos y de ahí, transcender, es decir pasar de la particular a lo colectivo y así revertir esta tendencia de que lo colectivo cada vez con mayor facilidad no solo menosprecia y destruye a la individualidad, sino que además la esta creando y definiendo acorde a sus necesidades para someterla a su voluntad, descarada, fría y voraz.
            A la sociedad la creamos nosotros, los individuos, sus reglas, sus leyes, sus compromisos, pero esto es únicamente  con la idea de vivir en una referencia establecida, regidora del respeto de las particularidades y no en el sometimiento de estas, así que terco y romántico partidario de la revolución de las pequeñas diferencias como me siento, desde mi lugar, pequeño e inmenso quiero tratar de salvaguardar entre los míos, los que están y en los que vienen, este respeto por ser, por caer y levantarse, por amar, por vivir y por morir siendo protagonista cada uno de su vida, sin ser instrumento o anécdota de nada y nadie más.
http://drf-reflexionesdelarealidad.blogspot.com/2012/01/oportunidad-historica.html

3 comentarios:

  1. Estimado Daniel:
    No tengo el gusto de conocerte , pero por tus reflexiones y estilo ,se ve que eres un Ser humano en el planeta y concretamente en este país y estado, que medita y recapacita concienzudamente acerca del destino del hombre dentro de esta vorágine en lo que se ha convertido nuestra sociedad y en concreto en lo que se ha convertido nuestra tan nombrada sociedad política de hoy en día, que por cierto nada dista de epocas pasadas , si nos remontamos a la historia me parece que Roma también decayó por los excesos, no.
    Quiero felicitarte por el reto que representa desafíar una hoja en blanco y plasmar con palabras tus pensamientos, mismos que abren a la conciencia y reflexión de quienes nos gusta hacer esta práctica.Pero felicitarte más por el tema tan intrincado al que te refieres .
    Espero leer más artículos por que el que he leido me parece muy interesante.

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    1. Gracias por darse el tiempo para leerlo, ahora ya estan publicados más, ojala los pueda ver,

      Una abrazo

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