B. Daniel Rojas Flores
“La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía.”
Proverbio Árabe
La reciente visita del Papa Benedicto XVI a tierras mexicanas tiene aspectos muy importantes. Los temas no son sencillos, México es un país católico en su mayoría y en sus orígenes de tal manera tiende a no ser objetivo en sus miradas.
¿Por qué el Papa no visito la capital de la republica? Una de las grandes sorpresas de este viaje es que el Pontífice haya aterrizado en el centro del país sin hacer una parada en la capital, donde se encuentra uno de los mayores centros de peregrinaje del mundo católico.
La Basílica de Guadalupe no es sólo un símbolo para la Iglesia en México, especialmente para los papas, también un oasis en una ciudad donde en años recientes se ha aprobado una legislación "contraria a los valores de la fe", según los obispos.
El reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo y la legalización del aborto enfrentaron a las autoridades de la Iglesia con el alcalde, Marcelo Ebrard (PRD), y la Asamblea local.
Pero esa no es la razón por la que Benedicto XVI obvió a Ciudad de México en esta visita, según Valdemar. "No es un secreto que al Santo Padre le afecta la altura", dice. El riesgo para Joseph Ratzinger, de 85 años, de estar a más de 2000 metros sobre el nivel del mar es la verdadera razón por la cual no acudirá a la capital, según el vocero, y no el temor a una foto incómoda con los gobernantes locales.
El cerro del Cubilete está a 2549 metros sobre el nivel del mar, casi 300 metros más que el Distrito Federal.
Por otro lado existe la mirada desde la relación que guardan el estado y la iglesia; aunque México se reconoce como estado laico, la Iglesia todavía juega un papel muy destacado en la vida nacional.
A pesar de las tormentosas relaciones entre el poder político y el religioso durante los años de la Revolución y bajo los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional, esta rigidez se ha ido suavizando en las últimas décadas.
Fue un presidente priísta, Carlos Salinas, quien potenció el reconocimiento del estado del Vaticano y restableció las relaciones Estado-Iglesia.
Pero según el analista John Ackerman, la polémica sobre la influencia de la Iglesia en la vida política mexicana comenzó bajo la administración de Vicente Fox. "Él besó el anillo del Papa cuando llegó a México (2002). Fue algo sin precedentes que un representante de un estado extranjero llegara y que el presidente de México se arrodillara ante él y le brindara un homenaje".
"Este gesto se interpretó como una gran transformación, al menos simbólicamente, en términos de separación entre Iglesia y Estado", añade Ackerman, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Esta vez no hubo beso al anillo, pero sí una menos controversial inclinación de cabeza del presidente Felipe Calderón ante el jefe de Estado del Vaticano.
Y por último se puede analizar desde el punto de vista de la prudencia, ¿por qué visita el Papa a México en etapa electoral?. Existe una relación cercana entre la iglesia y el partido en el gobierno Federal. El papa Benedicto XVI se reunió con el presidente Felipe Calderón el sábado por la noche en lo que el Vaticano describió como una visita de cortesía en medio de un viaje puramente pastoral a México y Cuba.
Sin embargo, sus comentarios previos sobre la violencia en México y el comunismo en Cuba dejaron claro que el papa no pretendía ignorar su potencial influencia política. Especialmente aquí, en México, observadores políticos han discutido durante meses que la oportunidad de su llegada – 14 semanas antes de las elecciones presidenciales – hace de la visita una empresa política con un objetivo partidista: reforzar al conservador Partido Acción Nacional cuando se entra en plena temporada de campañas electorales.
“No se trata de una visita pastoral, es una visita electoral para el PAN”, señaló Homero Aridjis, el poeta más famoso de México. “Benedicto no va a ciudades como Ciudad Juárez”, la valiente metrópolis fronteriza, traumada por la violencia. “Si se tratara de una visita espiritual, iría a lugares que realmente necesitan su presencia y su ministerio”.
Podría no ser tan simple. Benedicto tiene 84 años, y ningún papa antes que él había viajado tan lejos de Roma, tan tarde en su vida. El papa también abordó la lucha de México contra la violencia durante el viaje en avión a esta ciudad desde Roma, culpando a la “idolatría por el dinero” de atraer a los jóvenes a vidas delictivas.
Y, con todo, el enfoque del papa – enmarcar a la violencia en México como una falla moral personal – encaja perfectamente con la de Calderón, un católico devoto. Ese mensaje, dicen expertos, ayudará a alejar el debate de la política, y las quejas por cómo el gobierno de Calderón también ha hecho su parte. Al presentar al papa en el aeropuerto el viernes, distanció a su gobierno de la responsabilidad en problemas como la corrupción, al enfatizar que México atraviesa por “tiempos difíciles y decisivos”, y “momentos de gran tribulación”, a medida que el crimen organizado y el “mal”, buscan arruinar al país.
El resultado hasta ahora es que, aun cuando los tres candidatos presidenciales asistieron a la misa papal el domingo en León, el momento, los comentarios y la elección del papa de la locación – un bastión conservador y católico – dejaron claro que el socio natural del Vaticano es el partido de Calderón.
LOS PENDIENTES
-La brutal y absurda cobertura de las dos televisoras de señal abierta en el país, parecen estar empecinadas en no ser una referencia imparcial, culta y constructiva para la sociedad.
- El auto veto del Papa a no hablar de los escandalosos temas de pederastia de los legionarios de Cristo , en especial de Marcial Maciel, acusado de abuso sexual, fraude, extorción, paternidad y adicciones.